Durante los últimos 17 días, el precio de Bitcoin (BTC) ha estado fluctuando en un estrecho rango del 8.5% entre los USD 27,250 y USD 29,550, lo que ha provocado que la métrica de volatilidad de 40 días caiga por debajo del 40%. Esto no se limita a las criptomonedas, ya que la volatilidad histórica del índice S&P500 ha alcanzado el 17%, su nivel más bajo desde diciembre de 2021.
¿Se convertirán los USD 28,000 en la nueva resistencia? No según los últimos datos de futuros y opciones de Bitcoin. No obstante, las condiciones macroeconómicas siguen siendo el principal motor de las fluctuaciones de precios de los mercados de riesgo a corto y medio plazo.
El precio del BTC se aplana porque los inversores pierden el apetito por el riesgo. Podrían aducirse infinidad de razones para explicar las oscilaciones relativamente bajas de los precios en los mercados de riesgo, entre ellas la expectativa de una recesión, que los inversores no estén dispuestos a realizar nuevas apuestas hasta que la Reserva Federal de EE.UU. ponga fin a sus subidas de tasas, o el aumento de la demanda (y la atención) en las operaciones de renta fija.
El problema es que nadie puede probar qué ha estado provocando que los inversores restrinjan su apetito por el riesgo e impulsen la cotización de Bitcoin hacia los lados. Muchos temen que el sector inmobiliario comercial sea una preocupación creciente, lo que podría desencadenar importantes turbulencias en el futuro, incluido Warren Buffett, el multimillonario gestor de fondos.
Mientras algunos creen que la discusión sobre el techo de la deuda estadounidense y la crisis bancaria podrían cimentar aún más el debilitamiento del dólar, Buffett no prevé alternativas. El magnate de las finanzas es un crítico a largo plazo del metal precioso oro, ya que su tesis de inversión prioriza los activos que proporcionan rendimiento.
El drama del techo de la deuda ha llevado a la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, a advertir de que se produciría una "fuerte recesión económica" si el Congreso no actúa en las próximas semanas.
Por un lado, el Gobierno se enfrenta a la presión de mantener la actividad económica y contener la crisis bancaria. En última instancia, aumentar el límite de la deuda añadirá liquidez a los mercados, lo que disparará aún más la inflación.
Este complejo entorno de riesgos inflacionistas, recesión económica y debilitamiento del dólar podría haber provocado que los inversores perdieran interés por los activos de riesgo y concentraran sus apuestas en operaciones de renta fija, ya que las tasas de interés se han movido por encima del 5% anual.
Para el Bitcoin, una señal alarmante sería una prima negativa en los contratos de futuros o un aumento de los costes de cobertura mediante opciones. Por eso, los inversores deberían seguir de cerca esas métricas de los derivados del BTC.